«Es el turno de mi post sobre «mis libros», Y pienso, después de volver a leer las preguntas de la entrevista, que mis recuerdos están inevitablemente ligados a los libros. Crecí en una casa llena de todo tipo de libros y aprendí bien pequeño lo importante que era abrirse a nuevos mundos a través de la lectura.
Habiendo estudiado Filología, reconozco que la obligatoriedad de la lectura de tantos y tantos textos me llevó a épocas de relación difícil con los libros. Porque siempre he pensado que “lectura” y “obligatoria” no debería ser una combinación léxica demasiado frecuente, aunque debo reconocer que he descubierto así a algunos de los grandes autores y autoras de la literatura universal, claro.».
José Luis, ¿cómo te iniciaste con la lectura?
Como buen hijo de los ochenta, los primeros libros que tengo que citar son, por supuesto, la colección Elige tu propia aventura editados por Timun Mas, que devoraba de pequeño. Pero aún conservo una colección de cuentos ilustrados de grandes clásicos de la literatura universal que publicaba Galerías Preciados (sí, soy mayor!). Además, recuerdo la primera vez que leí La historia interminable de Michael Ende y las novelas de Roal Dahl, quizá la primera persona de la que fui (y sigo siendo) un gran fan.
¿Qué tipo de lectura prefieres?
Leo sobre todo novela y me gusta alternar autoras y autores nacionales, latinoamericanos, europeos y estadounidenses. Depende del momento, como ocurre siempre con la lectura. Por otro lado, me gusta incluir en mis lecturas de vez en cuando ensayos sobre temas que me apasionan (el cine, la música, el teatro o la propia literatura) y reconozco que también disfruto textos autobiográficos si están bien construidos. En estos últimos meses he leído cosas bastante diferentes y he disfrutado especialmente con el ensayo Cómo hemos cambiado (La transformación de España a través de la cultura pop) de Juan Sanguino (Península), periodista y escritor pop que construye un texto muy divertido e inteligentísimo para contar la década de los noventa en España. Esos años en los que el país, como los que nacimos en los ochenta, perdimos la inocencia.
Sobre libros escritos en español… dinos uno que te haya impactado.
Podría citar muchos, claro, y me voy a quedar con el que más me ha gustado este último año, A corazón abierto, de Elvira Lindo (Seix Barral). Es una novela sobre la memoria, sobre el tiempo y sobre la familia (algunos de mis temas literarios favoritos); una reconstrucción preciosa de la historia de sus padres. Es de esos libros en los que te quedarías a vivir.
¿alguno que no has podido acabar de leer?
¿En español? Debo decir que no me ha pasado nunca. Sin embargo, curiosamente, me ocurrió con otro gran libro sobre la familia: The corrections, de Jonathan Franzen, pero como comentaba mi compañera Anna, el motivo fue que no era el libro adecuado para mi momento personal y, de hecho, tengo pendiente retomarlo porque he leído un par de novelas más del autor y me encantaron.
¿cuál o cuáles recomendarías?
No sé si es que soy un mal lector, pero esta es la pregunta que espero siempre que no me hagan, así que citaré la última novela escrita en español que he leído: Cien noches, de Luisgé Martín (Anagrama), que fue Premio Herralde de Novela 2020 y plantea, a través de las vicisitudes de sus protagonistas, algunos vericuetos del alma humana que resultan bastante apasionantes.
Y ya, por último, ¿qué libro te han regalado y cuál has regalado este Sant Jordi?
El libro que me han regalado ha sido Noruega, de Rafael Lahuerta (Drassana), un gran descubrimiento para mí, que me está encantando. Se trata de las memorias ficcionadas de una familia (de nuevo) de Valencia (mi ciudad de origen), escrita además en un precioso valenciano, una variedad lingüística más dentro de la riqueza de lenguas que existe en España. Yo he regalado Como polvo en el viento, de Leonardo Padura (Tusquets), autor cubano que cuenta historias del exilio. No lo he leído, pero me la habían recomendado varias personas de confianza y me encanta regalar libros que no tengo o no he leído para poder intercambiarlos después, hacer una cadena y compartir con familia y amigos la belleza de las historias que leemos.
Si decidís leerlos, espero que los disfrutéis tanto como yo.